JORGE ZENO
(Washington, DC, EE.UU, 1956)
El campamento, 1980 ca.
Acrílico sobre tela
Colección permanente, MAB
El bosque está presente en diversos mitos, leyendas y cuentos folklóricos. Se dice que sus terrores simbolizan el aspecto peligroso del inconsciente o aquello que está oculto a la razón (Carl G. Jung, 1952). También se asocia con el encuentro de distintos tipos de peligros, seres extraños y enemigos, particularmente durante la noche, que también está asociada al inconsciente (Cirlot, 2004). Es para otros el lugar consagrado al culto de los dioses (Heinrich Zimmer, 1995). En Puerto Rico, el Parque Nacional el Yunque deriva su nombre de Yuké, palabra taína para describir a las montañas en la sierra de Luquillo cubiertas de nubes donde habitaba la deidad Yukiyú. La escena que se presenta en esta pintura es un bosque con unos seres fabulosos. Se destaca en primer plano lo que parece ser un grifo –mezcla de águila y león–, símbolo de fuerza, venganza y protección vigilante. Camuflados en el follaje, la naturaleza y el cielo se perfilan figuras y animales; entre estos, una mujer enmascarada, rostros que miran sigilosamente y un búho, criatura nocturna que representa el infortunio.