JOAN MIRÓ
(Barcelona, España, 1893 – Palma de Mallorca, España, 1983)
Sin título de la serie Litografías, Volumen II,1975
Edición 1988
Litografía
Colección permanente, MAB
El trabajo artístico logra que las formas y el color consigan transformar lo inerte o inexpresivo en algo inteligible y susceptible de provocar emociones estéticas (Guillermo Fatás, Gonzalo M. Borrás, 1988). Joan Miró, utilizando el automatismo –método que consistía en generar dibujos espontáneos para intentar expresar el funcionamiento interno de la psique humana y el subconsciente– junto con el color y la forma, desarrolla un lenguaje simbólico en composiciones complejas y líneas que parecen errantes. Combinaba elementos abstractos con motivos recurrentes como los pájaros, los ojos y la luna.
El artista comenta:
Para mí una forma nunca es algo abstracto; siempre es un signo de algo. Siempre es un hombre, un pájaro u otra cosa. Para mí, la pintura nunca es la forma por la forma.
– (Joan Miró, 1933)
En esta pieza, las formas como la esfera representan la vida intelectual y el pensamiento puro, el triángulo es símbolo de conexión y relación, el cono alude a la totalidad psíquica y el ojo a la inteligencia y el espíritu. En cuanto al color, se evocan los cuatro elementos: negro (tierra), verde (agua), rojo (fuego) y amarillo (aire) (Juan Eduardo Cirlot, 2004).